RESOLUCIONES

28 de DICIEMBRE de 2017

La marea del año viejo está bajando, y está llegando el nuevo. Una vez más, es el momento para las resoluciones de Año Nuevo: esta es una buena oportunidad para deshacerte de esos hábitos que sabes que son autodestructivos, y de desarrollar los que sabes que mejorarán tu vida.

Paramhansa Yogananda a menudo escribía a sus estudiantes en esta época del año, alentándolos, apoyándolos y fortaleciéndolos en sus resoluciones. Aquí hay un fragmento de una carta de 1937:

“Guarda todos los tesoros de las buenas experiencias, salvados del mar de las experiencias pasadas, y úsalos para adquirir nuevos logros en el Nuevo Año. En el jardín del Nuevo Año, cultiva las semillas de actividades nuevas bien planeadas, hasta que se transformen en plantas de flores fragantes de diversos éxitos. Permite que cada día del Año Nuevo se convierta en un ascenso en la escalera de tu Autorrealización del Ser. Haz que cada día del Año Nuevo sea un día mejor que el anterior, a través de un esfuerzo mayor para tener éxito en los negocios, en la felicidad familiar, y en el incremento del contacto con el gozo siempre renovado de Dios en la meditación. El año viejo se ha ido, pero el Año Nuevo está lleno de tesoros para que uses.”

Alimenta cada nueva resolución el tiempo suficiente para que se convierta en una “planta de flores fragantes.”

 

La verdadera clave es alimentar cada nueva resolución el tiempo suficiente para que se convierta en una “planta de flores fragantes.” Aquí es donde fracasa la mayoría de la gente, y el motivo por qué ves esos anuncios en abril que dicen, “Cinta para correr, casi nueva, se usó sólo dos veces. A mitad de precio.”

Un amigo, que es médico, nos contó este chiste: Un hombre llega al doctor quejándose de dolor en su cuerpo. “Doctor, me duele cuando toco mi rodilla. Me duele cuando me toco el codo, o la mandíbula, o la frente.” Después de examinarlo, el doctor dice, “Tu rodilla está bien, tu codo está bien, y tu mandíbula y frente también están bien. El problema es que tienes el dedo roto.”

Muy a menudo ignoramos el origen de nuestros problemas. La dificultad no está en no hacer ejercicio, o en comer demasiado azúcar, o en no meditar lo suficiente. El problema está en nuestra fuerza de voluntad: la creadora y destructora de hábitos, si se rompe, es el dedo que causa el dolor en nuestra vida. Cuando la fortalecemos, comenzamos a arreglar todos los otros problemas, que parecen más superficiales. Entonces, ¿cómo fortalecemos nuestra fuerza de voluntad? Aquí hay cinco sugerencias:

Haz sólo una o dos cosas a la vez, aquellas que realmente quieres lograr. Te recomendaría que elijas un hábito físico, por ejemplo: hacer ejercicio, y un hábito espiritual, como la meditación.

Si tienes una resolución que no es específica, conviértela en una acción específica, como: “Voy a caminar (o meditar) durante 45 minutos todas las mañanas.”

Lo más importante, mantente constante el tiempo suficiente como para que el viejo hábito desaparezca y se forme un nuevo hábito. No dejes de hacerlo ni por un momento. Mantente enfocado.

Encuentra un compañero que esté tratando de lograr lo mismo. Se ayudarán mutuamente a través de los altos y bajos.

Ora a Dios y los Gurús para que te den su apoyo a tus buenas intenciones.

Por último, recuerda disfrutar de la vida. La fuerza de voluntad no necesita ser sombría. Más bien, deja que sea un flujo de energía lleno de gozo, que te ayuda a conseguir los objetivos que elegiste. Como decía Swami Kriyananda, “La dicha es la solución, no la recompensa.” Este sería un buen lema para el nuevo año.

Con dicha,

Nayaswami Jyotish

 

 

 

 

La verdadera clave es alimentar cada nueva resolución el tiempo suficiente para que se convierta en una “planta de flores fragantes.” Aquí es donde fracasa la mayoría de la gente, y el motivo por qué ves esos anuncios en Abril que dicen, “Cinta para correr, casi nueva, se usó sólo dos veces. A mitad de precio.”

Un amigo doctor  nos contó un chiste: Un hombre llega al doctor quejándose de dolor en su cuerpo. “Doctor, me duele cuando toco mi rodilla. Me duele cuando me toco el codo, o la mandíbula, o la frente.” Luego de examinarlo, el doctor dice, “Tu rodilla está bien, tu codo está bien, y tu mandíbula y frente también están bien. El problema es que tienes el dedo roto.”

Muy a menudo ignoramos la causa subyacente. La dificultad no está en no ejercitarse, o en comer demasiada azúcar, o en no meditar lo suficiente. El problema está en nuestra fuerza de voluntad: la creadora y destructora de hábitos. Si se rompe fácilmente, es el dedo que causa el dolor en nuestra vida. Cuando la fortalecemos, comenzamos a arreglar todos nuestros otros problemas más superficiales. Entonces, ¿cómo fortalecemos nuestra fuerza de voluntad? Aquí hay cinco claves:

  1. Encárgate sólo de una o dos cosas a la vez, aquellas que realmente quieres lograr. Te recomendaría que elijas un hábito físico, digamos hacer ejercicio, y un hábito espiritual, como la meditación.
  2. Traduce una resolución vaga en un tema de acción muy específico: “Voy a caminar (o meditar) durante 45 minutos todas la mañanas.”
  3. Lo más importante, mantente con él el tiempo suficiente como para que el viejo hábito desaparezca y se forme un nuevo hábito. No te permitas ningún “margen de maniobra” por lo menos por un mes.
  4. Encuentra un compañero que esté tratando de lograr lo mismo. Se ayudarán mutuamente a través de los inevitables
  5. Ora a Dios y los Gurús para que agreguen su apoyo a tus buenos esfuerzos.

Por último, recuerda divertirte en la vida. La fuerza de voluntad no tiene que ser seria. Más bien, permite que sea un flujo de energía lleno de gozo, ayudando a conseguir los objetivos que elegiste. Como decía Swami Kriyananda, “El gozo es la solución, no la recompensa.” Este sería un buen lema para el nuevo año.

Con gozo,

Nayaswami Jyotish

 

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