¿Quién Está a Cargo?

12 de Octubre de 2017

Dos discípulos consternados se arrodillaron ante la santa de la India Anandamayi Ma, pidiendo por su intervención divina. “Ma,” rogaron, “¿No puedes detener esto? Provocará mucho sufrimiento.”

 

Fuente: http://www.anandamayi.org

 

 

 

 

Era 1947, el comienzo de la división entre India y Pakistán en dos países separados. Los dos discípulos arrodillados ante Ma eran oficiales del gobierno, que anticipaban la alteración y el sufrimiento que acompañarían a la separación.

Anandamayi Ma los escuchó atentamente, luego se retiró hacia su interior durante varias horas. Cuando regresó a la consciencia exterior, Ma respondió amorosamente, “¿No creen que Él, que creó este mundo, sabe cómo manejarlo?”

Las condiciones del mundo de hoy parecen una corriente continua de desastres, naturales y provocados por el hombre, que causan mucho sufrimiento. Debido a los incendios, terremotos y huracanes devastadores, y a las tensiones raciales, religiosas y políticas cada vez mayores, es fácil sentir que Dios es indiferente a nuestro dolor, ocupado en otro lado, o incluso castigándonos.

Sin embargo, en  Autobiografía de un Yogui,  Paramhansa Yogananda escribe que el gran maestro Babaji y Jesucristo están en comunión constante, enviando vibraciones redentoras para elevar al mundo. Ellos han planeado juntos los medios de salvación espiritual para esta era.

“La tarea de estos dos maestros plenamente iluminados—uno con el cuerpo y el otro sin él—es inspirar a las naciones a abandonar las guerras suicidas, los odios raciales, el sectarismo religioso, y los contraproducentes males del materialismo,” escribe Yogananda. Es reconfortante saber que poderes más elevados están trabajando y enfocándose directamente en los problemas que tenemos en frente.

En menor medida, en nuestras propias vidas a menudo nos enfrentamos con problemas que nos llevan a pensar que tenemos que tomar las cosas con nuestras propias manos. Recientemente me enteré de una situación en la cual los actos de un amigo mío estaban molestando a los demás.

Esto me preocupaba, y le pedí a Dios que me guíe para ver si no había algo que debiese hacer. ¿Debería escribir una carta? ¿Hacer un llamado telefónico? Oré: “¿Hay algún punto en el que deba actuar?”

La respuesta que recibí me sorprendió: “No hay ningún punto sobre el que debas actuar, el único punto es la reacción.

Esta respuesta me hizo reír—porque sabía que era cierto. Yo solo estaba reaccionando a lo que percibía que era el comportamiento equivocado de mi amigo: yo no iba a mejorar nada. Decirles a los demás cómo deberían cambiar es pocas veces una táctica útil. El punto sobre el cual había que actuar era de Dios, y yo necesitaba confiar en Él para que lo maneje.

Observa este proceso en ti mismo. Cuando enfrentamos un problema, a veces hay un punto sobre el cual tenemos que actuar, y entonces necesitamos responder de acuerdo a ello. Pero a menudo solo estamos reaccionando, y no confiando en que Dios es el que está a cargo.

Por ejemplo, cuando vemos noticias inquietantes, si no hay un “punto sobre el cual actuar” para nosotros, permitir que surjan nuestras reacciones negativas no ayuda a la situación, ni a nosotros. Lo que ayuda es la oración y la fe en el poder supremo de Dios en este mundo.

Entonces, ¿quién está a cargo? Cuanto más nos damos cuenta de que es Dios, más paz encontraremos en nuestros corazones, y podremos compartir esa paz con todos.

En amorosa entrega,

Nayaswami Devi

 

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