La Conexión Rota

01 de octubre 2015

“Doctor, por favor ayúdeme. Creo que estoy muy enfermo”, dijo el paciente preocupado. “Me duele todo el cuerpo: cuando toco mi brazo, me duele; cuando toco mi pecho, me duele; cuando toco mi cabeza, me duele.”

Después de ejecutar una serie de pruebas, el médico informó a su paciente: “Tengo buenas y malas noticias. La buena noticia es que no hay absolutamente nada de malo en su cuerpo. ¡La mala noticia es que usted tiene un dedo roto, así que donde quiera que se toque, le duele!”

Un amigo indio nos contó esta historia recientemente, y aunque nos reímos de la culminación del chiste, existe un mensaje más profundo en él. Cuando nuestra conciencia está llena del conocimiento de nuestra unión con Dios, es como un cuerpo sano y feliz. El dedo roto es como el ego, que rompe nuestra relación con una realidad mas grande, y nos hace imaginar el sufrimiento en todas partes, cuando en realidad todo lo que duele, todo lo que es “roto”, es el pequeño ser.

Piénsalo de esta manera. El ego no es más que el alma identificadaa con el cuerpo y la personalidad. Al igual que los ojos vendados de un caballo, el ego limita nuestro campo de visión a una parte estrecha del mundo que lo rodea. Si nos quitamos las anteojeras del ego nuestra conciencia se expande mucho más. Luego, a medida que empezamos a ver las cosas con la mirada de Dios, el mundo se llena de belleza y alegría.

"Mi Estrella Polar" por N. Jyotish

“Mi Estrella Polar” por N. Jyotish

En una tormenta, la superficie del océano no conoce la paz. Del mismo modo, siempre que la tormenta del ego haga estragos en la mente, una persona experimenta tensión y ansiedad. Al disminuir las olas del ego, el devoto se relaja y acepta una vez más su relación con la paz y la felicidad del Espíritu infinito.

¿Cómo disminuimos la identificación con el ego y restablecemos nuestra conexión divina? Swami Kriyananda lo dijo de forma clara y sencilla: “Encontrar a Dios es fácil. Es cuestión de dos cosas: meditaciones más profundas y prolongadas, y ver a Dios como el Hacedor de todas las cosas.”

La conexión rota se produce al afirmar nuestro ego su realidad independiente de Dios. Esto nos mantiene para siempre atrapados en el mundo del sufrimiento y la incertidumbre. La meditación y la rendición del pequeño yo abren la puerta de nuestra alma a la verdadera felicidad y la libertad.

Como dijo Paramhansa Yogananda, “Con Dios, la vida es una fiesta de felicidad, pero sin Él es un nido de problemas, dolores y decepciones.”

Esforcémonos para sanar nuestra conexión rota con Dios, para que todo lo que veamos, toquemos y oímos nos llene de Su gozo.

A Sus pies,
Nayaswami Devi

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