7 DE DICIEMBRE DE 2017
Hace unas semanas estábamos disfrutando de la visita, de nuestros dos nietos más pequeños, a quienes no habíamos visto durante varios meses, debido a que estuvimos de viaje. Después de disfrutar de su pasatiempo favorito en Ananda Village, visitar las cabras, regresamos a casa, a través de las tranquilas colinas boscosas.
El pequeño, de cinco años de edad, dijo en voz baja desde el asiento trasero del auto, “Espero que no corten todos los árboles.”
“Oh, no,” respondimos tranquilizándolo. “Solo cortamos los árboles secos y la maleza, para mantener el bosque sano y evitar incendios.”
“No me refiero a ustedes,” expresó con una preocupación que iba más allá de su edad, “sino que hay gente que quiere cortar todos los árboles.”
Me di la vuelta y pude ver la mirada de preocupación en su pequeño rostro, y me pregunté qué habría oído, que provocó este comentario. La ansiedad que vi brevemente en su cara, está reflejada hoy en día en toda la sociedad.
Hoy en día, más que nunca, los estadounidenses están sufriendo de estrés, ansiedad y depresión, sea cual sea la causa. Un quiropráctico que conocemos, dijo que en treinta años de práctica nunca había visto en sus pacientes tanta tensión física y enfermedades relacionadas con el estrés.
¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Hay algo que pueda romper la negatividad que nos está empujando hacia la ansiedad mental y preocupación, que está atormentando a tanta gente?
Paramhansa Yogananda nos dio algunos consejos buenos y prácticos. Primero, dijo, “Tres veces al día quítate de encima todas las preocupaciones. A las siete de la mañana, di a ti mismo: ‘Todas mis preocupaciones de la noche han sido expulsadas, y desde las 7 hasta las 8 de la mañana, rehúso estar preocupado. Estoy en un ayuno de preocupaciones.’ De las 12 hasta la 1 de la tarde, di: ‘Estoy alegre, no voy a preocuparme.’ Al atardecer, entre las 6 y las 9, haz mentalmente una resolución firme: ‘En estas tres horas no me preocuparé. No importa lo tentador que sea entregarme a un festín de preocupaciones, resistiré la tentación. No debo sabotear la paz de mi corazón, con golpes de preocupaciones. Estoy en un ayuno de preocupaciones.’
Yoganandayi concluyó diciendo que después de tener éxito con el ayuno de preocupaciones, durante ciertas horas del día, trata de hacerlo durante una, o dos semanas. También nos alentó a hacer estas tres prácticas:
- A menudo, date un banquete en compañía de aquellos que tienen mentes positivas, hasta que tu mente se llene con la luz del sol.
- Realiza buenas acciones incansablemente, sin apegarte a los resultados.
- Bebe copiosamente de las frescas aguas de la paz, vitalizadas por tu determinación de ser alegre bajo cualquier circunstancia.
Si bien estas sugerencias pueden parecer ligeras, ¿son fáciles de poner en práctica? Por supuesto que no: Requiere toda nuestra concentración y fuerza de voluntad, para tener éxito en superar las preocupaciones. Pero recuerda, tenemos un aliado oculto en nuestro Amigo Divino. Yoganandayi escribió en su poema, “¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!”:
Cuando aúllen las tormentas embravecidas de las pruebas,
Y cuando las preocupaciones me griten,
Ahogaré sus rugidos, cantando fuertemente:
¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!
Hay tanto que podemos hacer para transformar nuestra propia consciencia y también ayudar a los demás siguiendo las enseñanzas de los grandes maestros espirituales. ¿Te gustaría que lo hagamos juntos?
Con gozo,
Nayaswami Devi
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