Dios, Gurus, Gurubhais y Determinación

 

14 de Diciembre de 2017

 La semana que viene celebraré dos hitos importantes. El 22 de diciembre será el cincuenta aniversario de mi primera iniciación en Kriya. El día siguiente será otro cincuenta aniversario: de mi primera meditación de Navidad de ocho horas. Ambos eventos tuvieron lugar en el departamento de Swami Kriyananda en San Francisco, en 1967. Yo había estado con él por alrededor de ocho meses cuando me dijo, “Creo que deberías tomar la iniciación en Kriya.”

“¿Crees que estoy listo?” pregunté.

“Sí, creo que será bueno para ti. Y también podrás practicar Kriya durante la meditación larga de mañana.”

 

 

 

 

 

 

“Noche Buena,” por Nayaswami Jyotish

Así es que esa tarde hace cincuenta años, un nuevo discípulo tomó su primera respiración de Kriya. He estado practicándolo diariamente por todos estos largos años. Supongo que en algún lugar en los registros Akáshicos debe haber un contador con todas las meditaciones y todas las respiraciones de Kriya que han transcurrido desde esa primera tarde. Pero los números, ya sea de años o de respiraciones ofrecidas, se desvanecen en el recuerdo de toda una vida de gracia que ha sido derramada sobre este humilde devoto.

Con el paso del tiempo, el departamento de Swamiji en San Francisco se convirtió en cientos de centros y comunidades alrededor del mundo. Y ese puñado de meditadores ha crecido a cientos de miles que ahora se inspiran en Ananda y nuestras grandes almas. Aunque ha habido un crecimiento extraordinario, las cualidades duraderas que llenaban el departamento de Swamiji todavía están con nosotros: devoción, meditación, Kriya Yoga, satsang, y servicio.

Por lo que sé, de los que estaban presentes en esa primera iniciación en Kriya, solo yo sigo siendo un devoto. Unos pocos fueron llevados por el ángel de la muerte; otros fueron arrojados fuera del sendero por las tormentas del karma. Entonces, ¿qué se necesita para llegar a la marca de los cincuenta años?

Primero, se requiere de la gracia de Dios. Paramhansa Yogananda dijo que el cincuenta por ciento de nuestro progreso se debe a la gracia de Dios. Esta gracia está presente eternamente y se puede tomar libremente: nosotros simplemente debemos estar dispuestos a dejar que llene nuestros corazones y nuestras vidas.

Segundo, el Maestro dijo que las bendiciones del gurú representan otro veinticinco por ciento. Nuestra gran línea de gurús no solo nos ha dado técnicas, sino que lo que es más importante, su amor y magnetismo. De nuevo, es dado libremente. No tienes más que extender tus manos para recibir.

El último veinticinco por ciento es provisto por nuestros propios esfuerzos: por nuestro sadhana y nuestro servicio. Estos esfuerzos deben ser aplicados en forma diligente y persistente. Se requiere de cierta cantidad de valor, y tenaz determinación, para permanecer fiel a nuestras aspiraciones más elevadas. Hay días buenos y días malos, épocas en las que la meditación resulta fácil y otras en que el sendero parece tan seco como la arena del desierto. Debes aprender a dejar de lado las condiciones externas: a volar cuando puedas, pero cuando llegan las pruebas, a caminar a paso lento decididamente.

Es inmensamente útil tener el apoyo y magnetismo de los gurubhais. Recuerdo una cita de Ratan Tata, el gran empresario industrial indio: “Si quieres caminar rápido, camina solo. Si quieres caminar una gran distancia, camina con otros.” Los mejores compañeros de caminata, aquellos que caminarán a tu lado hasta el final, son Dios, los Gurús y tus amigos devotos.

Esta mañana durante la meditación, mientras recordaba estos eventos lejanos, mis ojos se llenaron de lágrimas de gratitud. Qué vida tan maravillosa nos han dado.

En el amor de Dios,

Nayaswami Jyotish

 

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